Seguridad

Las personas que llaman tienen derecho a…

1. Confiar en que la ayuda que busquemos será solidaria, no perjudicial.
2. Recibir apoyo en caso de crisis sin juicio alguno, independientemente del consumo de sustancias, la participación en el comercio sexual, el estado de salud mental, la discapacidad, la identidad de género, la orientación sexual, la raza, la edad, la ciudadanía, la situación de vivienda, la religión, la nacionalidad o la casta.
3. Pedir ayuda en caso de crisis sin ser criminalizade, detenide o deportade.
4. Que todas las respuestas al trauma, incluido el suicidio, se entiendan como respuestas normales a las experiencias traumáticas actuales o pasadas, y que se pueda hablar de la suicidalidad sin temor a que se produzca más trauma.
5. Obtener apoyo en caso de crisis sin violencia policial, acoso o amenazas.
6. Compartir nuestras identidades y experiencias sin ser delatades por cuidadores, lugares de trabajo o maltratadores que no nos apoyan.
7. Ser conscientes de las opciones de apoyo a corto y largo plazo que podemos aceptar o rechazar.

Transparencia

Las personas que llaman tienen derecho a…

1. Saber qué servicios recibimos cuando llamamos.
2. Información clara y directa sobre las situaciones en las que las líneas de atención telefónica utilizan los servicios policiales y de emergencia, que debe incluirse en los sitios web, las aplicaciones, los chatbots y las grabaciones de bienvenida/recepción, incluido el seguimiento geográfico.
3. Entender si nuestras llamadas se graban y cuándo, cómo se van a utilizar y con quién se van a compartir.
4. Ser informades por les operadores al inicio de las llamadas sobre qué situaciones o circunstancias las políticas de la línea de emergencia dictan el uso de las fuerzas del orden o de los servicios de emergencia.
5. Ser informades si la policía o los servicios de emergencia son enviados a nuestra ubicación.

Agencia

Las personas que llaman tienen derecho a…

1. Determinar qué apoyos y cuidados utilizamos y cuáles rechazamos, como expertes en nuestra propia vida.
2. Acceder a ayudas y servicios sin que la policía u otros servicios de emergencia entren en nuestros hogares, trabajo, escuela o cualquier otro lugar sin nuestro conocimiento y consentimiento. No llamamos al 911.
3. Tomar decisiones sobre lo que es mejor para nuestro bienestar económico y mental, incluyendo que no se nos cobren facturas de ambulancia u hospital por servicios que no buscamos o consentimos, o perder el trabajo, la vivienda, etc.
4. Protegernos de más traumas, daños e inestabilidad.