Mensaje de fin de año de Trans Lifeline

Se supone que las vacaciones de fin de año son una época en la que las familias se reúnen para celebrar la alegría, crear recuerdos duraderos y compartir el calor de las fiestas. Sin embargo, para muchas personas trans, pasar tiempo con la familia durante estas fechas puede evocar sentimientos de temor. Estos recuerdos duraderos pueden estar contaminados por experiencias de juicio, rechazo o desestimación. Por desgracia, para muchas personas trans, la familia no es un lugar cálido y seguro, y estar cerca de elles puede implicar tolerar comentarios insensibles, insidias disfrazadas de bromas o incluso enfrentarse a un antagonismo abierto. Junto con el frío y las largas noches, es fácil sentirse invadide por la desesperación.
Para muches de nosotres, una de las conclusiones más importantes en nuestro camino hacia la autoaceptación es que no le debemos nada a nadie. A menudo nos enseñan que estar emparentades con otra persona significa que debemos concederle acceso a todos los aspectos de nuestra vida, y poner límites se considera una falta de respeto y una rebeldía. Nos han educado para creer que debemos a nuestres padres y mayores el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, géneros, nombres y casi cualquier elección y decisión sobre nuestras vidas. Estas creencias y expectativas pueden estar especialmente arraigadas en algunas culturas, lo que hace que establecer y mantener nuestros límites sea todo un reto. Sin embargo, por muy arraigadas que estén, las creencias y expectativas son sólo eso, y puedes liberarte de ellas. Puede llevar tiempo y práctica y, en algunos casos, puede llevar a distanciarse de una relación. A veces, esta distancia es necesaria para dejar espacio al crecimiento, la sanación y la reconciliación. Y a veces, esa distancia debe convertirse en permanente por tu seguridad y supervivencia. Una verdadera familia no está unida por la sangre, sino por el respeto, la comprensión y el cuidado mutuos. La confianza y el respeto deben ser recíprocos en cualquier relación, independientemente de los lazos familiares que te unan a elles. Se te permite restringir el acceso a tu verdad a aquelles que no pueden honrarla y valorarla.

Tanto si pasas las vacaciones con familiares que no te apoyan como si te enfrentas a la realidad de vivir en una sociedad transfóbica, recuerda que tú no eres el problema. Independientemente de si eres trans, no binario, de género no conforme, intersexual o si estás cuestionándote, quién eres nunca, nunca es el problema. No eres un error, no eres un pecado, no eres anormal y no eres indeseable. El problema, la enfermedad, reside en una sociedad en la que el fanatismo, el odio y la intolerancia son la norma, que pregona sin descanso opiniones negativas e ignorantes sobre nosotres como verdades. Que te digan constantemente que algo de ti es distorsionado, inadecuado e imperdonable puede hacerte creer que es verdad. Puede que te parezca imposible quererte a ti misme cuando todo lo que oyes es lo poco merecedore de amor que eres. Sin embargo,eres digne de amor; mereces una vida plena.

El juicio y el rechazo de nuestra familia no indican necesariamente falta de amor. Sus creencias y expectativas están influidas por las mismas normas sociales que nosotres, como personas trans, no cumplimos. Hasta qué punto une está dispueste a invertir energía, paciencia y gracia en intentar arreglar una relación o simplemente educar a la otra persona es una elección personal. Tienes derecho a poner límites, retirarte de situaciones hirientes y dar prioridad al autocuidado. A su vez, estas acciones contribuyen al crecimiento de tu resiliencia y confianza para marcar tu propio camino. Las personas que te quieren de verdad se acercarán a ti y caminarán a tu lado por esa senda. A quienes no sean capaces de ir más allá de mentes estrechas y corazones cerrados, tienes derecho a dejarles atrás.
Al finalizar un año lleno de retos extraordinarios, tanto a nivel individual como de organización, reflexionamos sobre la capacidad de resiliencia que nos ha permitido superar los tiempos difíciles. Además de los recursos que hemos recopilado mientras nuestres operadores de la línea directa están de descanso, también queremos compartir algunas de las formas en que hemos encontrado propósito y alegría durante estos periodos:
“Durante esta época del año, encuentro apoyo permaneciendo en comunidad. Compartiendo con amigues y otras personas que no necesariamente encuentran alegres estas fiestas. Al hacerlo, creamos nuestras propias ocasiones especiales y, a su vez, sustituimos las experiencias negativas del pasado por otras nuevas. Al fin y al cabo, lo que hace especial una ocasión no es tanto la tradición, sino las personas que la comparten.” —Yeniel
“Cuando me enfrento a una familia que no me apoya, intento recordarme a mí misma que soy y siempre seré la mayor experta del mundo en mí misma. Los matices de mi experiencia interna son una cuestión intrínsecamente personal. Eso no significa que siempre sepa cuál es el mejor camino para mí, pero sí significa que mi mejor suposición siempre será la más acertada. Lo mejor que puedes hacer es lo mejor que puedes hacer, y no le debes a nadie una explicación por tus elecciones en la búsqueda de la felicidad.” —Steph
“He llegado a aceptar que la ideación suicida es un habitante permanente en mi cuerpo y que, incluso en mis períodos de salud mental más fuertes, sé que sigue esperando pacientemente entre bastidores. Para mí, recontextualizar la depresión suicida como una presencia familiar—un viejo amigo demasiado ansioso y molesto, pero bienintencionado, que siempre ofrece la misma solución a todos los problemas—fue una forma de exteriorizar esa parte de mí lo suficiente como para aflojar el control que tenía sobre mi vida. Al pintar a mi ideación suicida como ese inquilino molesto y testarudo, pude empezar a separar mis pensamientos genuinos y racionales (mi verdadero yo) de los irracionales (mi predecible y miope vecino). Me relaciono con él como lo haría con un niño revoltoso, casi con cariño por su presencia constante, esperando a que se agote, dejando de estar en deuda con todos sus caprichos. Así es para mí la autoaceptación radical, incluso en momentos de crisis.” —Sia
“Cuando me siento abrumado o desesperanzado, me ayuda recordar que la transfobia, las expectativas de género y la intolerancia existen fuera de mí. Forman parte del mundo exterior, pero la verdad de quién soy sólo me pertenece a mí. Aunque el mundo exterior influye en la mayoría de los aspectos de mi vida, nada puede quitarme quién soy. A través de todo el trabajo que he hecho para conocer, perdonar, aceptar, abrazar y convertirme plenamente en mi auténtico yo, me he ganado el derecho a amar lo que soy, y nadie puede negármelo ni quitármelo.” —León
Expresamos nuestra gratitud por el apoyo inquebrantable, la dedicación y el valor demostrados por nuestra comunidad a lo largo de este año difícil. Que el próximo año nos traiga esperanzas renovadas, oportunidades de cambio positivo y la fuerza necesaria para superar los retos que nos aguardan.
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